Eh… No sé cómo empezar una historia, así que
voy a dar un dato importante: No voy a poner mi nombre. Me llamaré Joven.
Esta historia trata sobre que estar con la
persona que amas, pero apenas conoces, no es tan mágico...
La historia se llama…
Cruce
de espadas
Era una tarde tranquila.
Mi padre y mi abuelo estaban practicando con unas espadas de madera. Iba
ganando mi abuelo.
_ Venga, hijo._ dijo mi padre cansado por la
paliza que le había metido mi abuelo_ Te toca a ti.
_ Eh…_ soy aprendiz de caballero, y se me
dan fatal las armas, así que me lo pensé_ Tengo que ir al baño.
Y me fui al interior de mi casa sin dejar
que contestase.
_ ¡Espera, Joven! ¡Si no tenemos baño, eso
es trampa!
Al entrar en casa oí un sonido lejano, de algo
celebrándose.
Me asomé a la ventana y descubrí que la
música era procedente del castillo.
Me acordé al instante de lo que se estaba
celebrando. Era la boda de la princesa Joli, la chica con la que llevaba
soñando desde… vamos, casi toda la vida.
A causa de mi dolor, hice lo que todo
caballero haría: darme la vuelta y taparme los oídos.
Después de un rato llamaron a la puerta.
Cuando fui a abrir me quedé de piedra. Delante de mí se hallaba la princesa.
_ ¡Ayuda!_ me pidió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario